En la comunidad de San Jerónimo Boncheté podemos apreciar que hay cultura , entre ellas la popular, urbana, o la cultura obrera como menciona Esteban Krotz puesto que aquellos habitantes comen y beben de acuerdo a ciertas reglas y horarios que varían de pueblo en pueblo, no simplemente determinan su existencia, nacen se educan y mueren dentro de ciertas estructuras familiares o comunitarias ,en el marco de determinadas creencias colectivas.
En la medida en que alguien pertenece a un grupo, una etnia, un pueblo, o cualquier tipo de comunidad humana, participa en la cultura y de esta forma construye parte de su identidad.
De acuerdo a esto no podemos aseverar que una comunidad no tienen cultura porque estaríamos entrando en las cinco ideas falsas que señala Esteban Krotz, se puede decir que ciertas personas no poseen tales conocimientos, aptitudes, gustos, pero no que no tengan cultura.
En el territorio de San Jerónimo Boncheté la televisión, la computadora y el fax han modificado la cultura y subculturas creando una comunidad imaginaria que adopta elementos de la globalización además de una comunidad profunda que sigue llevando a la práctica sus costumbres. Tanto mujeres como hombres mazahuas de dicha comunidad representan la cultura con sus vestimentas, tradiciones y formas de relacionarse con la sociedad.
La preservación de sus usanzas es un patrimonio sagrado y algo vivo puesto que es el “producto humano” , el punto central de la comunidad son las tradiciones (Macías Reyes, 2014).
San Jerónimo Boncheté ha sido afectado por proyectos diferentes que descansan en formas distintas en concebir el mundo, la naturaleza la sociedad y el hombre, que postulan diferentes jerarquías de valores para la realización plena del ser humano.
La forma de conocimiento que se obtiene en la comunidad, es en primer lugar el común, no tienen una noción científica para explicar sucesos o fenómenos cotidianos ni se basa en posturas filosóficas para responder sus cuestionamientos.
Hay jóvenes que reciben una educación pero aun así no logran contrastar el conocimiento científico con la comunidad y la realidad, por lo que en ocasiones aun con preparación contestan con un sentido común.
En la medida en que alguien pertenece a un grupo, una etnia, un pueblo, o cualquier tipo de comunidad humana, participa en la cultura y de esta forma construye parte de su identidad.
De acuerdo a esto no podemos aseverar que una comunidad no tienen cultura porque estaríamos entrando en las cinco ideas falsas que señala Esteban Krotz, se puede decir que ciertas personas no poseen tales conocimientos, aptitudes, gustos, pero no que no tengan cultura.
En el territorio de San Jerónimo Boncheté la televisión, la computadora y el fax han modificado la cultura y subculturas creando una comunidad imaginaria que adopta elementos de la globalización además de una comunidad profunda que sigue llevando a la práctica sus costumbres. Tanto mujeres como hombres mazahuas de dicha comunidad representan la cultura con sus vestimentas, tradiciones y formas de relacionarse con la sociedad.
La preservación de sus usanzas es un patrimonio sagrado y algo vivo puesto que es el “producto humano” , el punto central de la comunidad son las tradiciones (Macías Reyes, 2014).
San Jerónimo Boncheté ha sido afectado por proyectos diferentes que descansan en formas distintas en concebir el mundo, la naturaleza la sociedad y el hombre, que postulan diferentes jerarquías de valores para la realización plena del ser humano.
La forma de conocimiento que se obtiene en la comunidad, es en primer lugar el común, no tienen una noción científica para explicar sucesos o fenómenos cotidianos ni se basa en posturas filosóficas para responder sus cuestionamientos.
Hay jóvenes que reciben una educación pero aun así no logran contrastar el conocimiento científico con la comunidad y la realidad, por lo que en ocasiones aun con preparación contestan con un sentido común.
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